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Brindis Anticrisis de un 1,2 Millardo de Euros



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Matteo Gaffoglio
Comunicador y experto en gastronomía



En la célebre ciudad de Verona, casa natal de los míticos amantes en la obra de Shakespeare, Romeo y Julieta, que anualmente recibe la visita de millares de parejas amantes y turistas, como otro tantos de apasionados espectadores de las óperas de la célebre Arena; tuvo lugar la 44ª edición de Vinitaly, el "Planeta Vino", realizado por 4.200 expositores en los 12 pabellones, que visitaron 152 mil personas de negocios, profesionales del vino, hosteleros y prensa. La gran crisis, todavía en curso, el ampliamente de los mercados y de la concurrencia, el continuo cambio de los consumos, el espantajo del etilómetro, las nuevas sensibilidades ambientales, todos factores que aletean entre los productores. Es evidente que estos elementos juntos desencadenan tendencias distintas: más atención a la relación precio-calidad, más demandas de los consumidores de conocer no sólo lo que hay en el vino, sino también cómo se elabora el vino en la bodega, cómo se trabaja en los viñedos, y los cambios en los consumos.

Entre los millares de cifras que han sido difundidos a la Feria vinícola de Verona, ha brotado la confirmación de una tendencia que el mercado está registrando en estos últimos años que se bebe italiano y lo confirman los datos elaborados por la Coldiretti. La importación de vinos extranjeros ha sido inferior a los años precedentes, sólo 250 millones de euros contra los 330 del 2008; mientras merece anotar que el exporte ha valido 3,5 millardos de euros, es entonces el sector vino entre las voces más importantes y positivas de la balanza comercial. El consumo del 2009 ha sido más italiano, con un incremento del 4% respecto al año precedente;



los italianos gastaron 1,2 millardo de euros para beber buenos vinos, "un verdadero brindis a la anticrisis". Según el Verona-Fiere las haciendas han tenido bien: el 36,3 % ha registrado en el 2009 un aumento de la facturación, mientras el 30,8 % ha quedado estable; menos de una tercera parte ha visto empeorar la situación.

En el firmamento mundial vitivinícola, en este caso, en Italia, merece subrayar la gran labor que han hecho y siguen haciendo todas las mujeres del vino, lo explica muy bien en el libro Vigna in Rosa - Wine & Travel, la primera guía nacional de los vinos y de la hospitalidad al femenino, salido justo para ser distribuido en Vinitaly por Doña Maria Luisa Alberico (en la foto en la cena con la Accademia Italiana di Cucina de Turín) que, incansable, está siempre al pie del cañón desde hace más de un par de décadas, fundadora y directora del magazín "Donna Sommelier Europa", no produce vino, pero mucho se prodiga en escribir y publicitarlo. Es autora de varios libros, todos con el preciso objetivo: el vino y su tipología. Es reciente su descubrimiento del vino del hielo (ed. 148). Después de los primeros ensayos del 2006, en los viñedos de Val Susa en Piamonte frontera con Francia, gracias a su empujo, los viñateros del valle empezaros a recoger las primeras uvas del hielo y proceder a la vinificación, ahora la producción de este vino raro pero muy preciado, va de lo lindo y se va también al extranjero.

Hoy en día Italia dispone de una pirámide cualitativa que cuenta con 48 Docg, 380 Doc y 118 Igt. Una nueva sigla está por llegar, la DOP (denominación de origen protegida) la cual conglobará todas las producciones controladas y atribuibles a un territorio.

María Luisa Alberico

En el vino made in Italy trabajan ya 1,2 millón de personas que están empeñadas en activar a 18 sectores distintos, todos del campo vitivinícola. Hasta las escuelas enológicas tuvieron un aumento del 86 % de inscripciones, como decir que son más las personas que eligen los menesteres vitivinícolas. El desafío es producir calidad siempre más alta y siempre más competidora, buscando nuevas formas para convencer y satisfacer a los consumidores. Sin olvidar que a nivel mundial, por debajo de los 10 euros la botella, hay el 97% del mercado vinícola. Por supuesto el vino debe tener su accesibilidad y no puede ser identificado sólo en el precio.

Una demanda de Slow Food entre las tantas más comunes, ha tenido preocupados los productores, comerciantes y periodistas: ¿Qué precio justo debería tener una botella de vino? Frente al imperativo: ¡No comprar aquella botella de vino que cueste menos de tres euros! El argumento espinoso quedó sin respuestas, porque tampoco falta una fundamental; pero que deberá antes o después ser enfrentada en una comunicación con el publico. Un caso emblemático: sobre los estantes de la gran distribución italiana se encuentran vinos pertenecientes a Docg muy blasonados como el Barolo 2004 (el rey de los vinos piamonteses), a precios increíbles: 7,99 ?. Muy de cerca un Arneis por 12.99 ? (un blanco piamontés). El primero beneficia de un refinamiento de 4 años, el otro de 6 meses. Entre los dos productores ¿quién tendrá razón? Y sobretodo ¿cómo hacen los consumidores a comprender las diferencias entre los dos vinos? A esta altura es innegable que las denominaciones no consiguen más a fungir de discrimen sobre el valor de una botella.

Después del boom del vino a ?vaso? que se reveló ser bastante practico en los años pasados, muchos restaurantes lo propusieron con éxito; entre las nuevas ideas a esta edición de Vinitaly se destaca la ?bottle sharing?, una idea sencilla cuanto genial, es decir, la botella de vino compartida al restaurante entre clientes que no se conocen. Una manera distinta de no pagar una botella entera, cuando el consumo es sólo de uno o dos vasos. Normalmente se consideran siete vasos de vino por botella, Pero se necesita la intervención del patrón, porque sólo él puede sondear entre los clientes, quiénes y cuantos son los que desean compartir una botella de vino, y pues ¿qué vino? Hay que estar todos de acuerdos en elegir ese mismo tipo de vino para maridarlo con lo que cada uno elige de comer; No va a ser tan fácil. Sin duda, es una manera divertida, no sólo para ahorrar y no exceder con el alcohol, sino también hacer nuevas amistades. Nos veremos a la próxima edición de Vinitaly y sabremos si esta idea tuvo éxito.



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