Fechas señaladas. Pues sí. ¿Qué otra cosa podrían ser?
Señaladísimas.
Cualquiera se olvida.
Habréis visto que esta edición tiene un ligero aire navideño.
Miro el calendario de diciembre. Parece un muestrario de pantones rojo pasión. Rojo farolillo chino (de los que jamás encontraré en algún restaurante chino de la China)(a toro pasado, ?me han engañado como a un chino?).
Llamaradas rojas que nos agobian un montón. Y escuchamos a las fechas señaladas susurrarnos con su voz de ultracumbia de los infiernos ?vas a saber lo que es bueeeeEEEeeenoooo? ?correrás detrás de algún regaaaAAAaaalooo? ?discutirás con tu cuñaaaaAAAdaaaaa?.
Pero siempre encontramos una mano amiga que nos ayuda en los menesteres más variados. En esta edición encontraréis algunos consejos para que vinos y comida tengan buenas relaciones:
A partir de ahí, a partir de las voces, ya no dejamos de escuchar cosas. Sonidos desde dentro, sonidos desde fuera.
De los sonidos fuera de mi cuerpo se encargan, sobre todo, las superficies llamadas grandes.
Nunca una zambomba dio tanto de sí. Qué tía. La zambomba ideal. La SuperZambomba (SZ). Inasequible al desaliento. Okupa rekalcitrante ?rekalkitrante, rekalkando el alkitrán que se posa en forma de notas sobre nuestros despavoridos pabellones auditivos, como las negras gaviotas negras que quedan tras el hundimiento de algún petrolero- okupa, decía, de los altavoces y las alturas.
En plan oscura golondrina o negra gaviota negra. Revoloteando de pabellón auditivo a pabellón comercial. Y viceversa.
Como no podía ser menos, nuestra okupa está abierta a los intercambios culturales: emoción en las almas gracias a la intermitencia anglo-zambombera (que si un ?Silent Night?, que si un ?Ande, ande, ande?).
Otros sonidos externos se nos van incorporando como si nosotros fuéramos nuestro mejor árbol de Navidad y las frases ajenas las mejores borlas jamás halladas: ?Diosmíodiosmíodiosmío este año se me han echado encima las fiestas y no tengo ni un regalo?
Para decoraciones, borlas y regalos que se pueden hacer a mano:
¿Pasarán también las oscuras golondrinas?¿y de las oscuras golondrinas?
Porque ?todo? es ?todo?. O se pasa o no se pasa.
Más bien parece que se pasa del ?todo? local, del ?todo? natal (natalicio niño Jesús). Porque del ?todo? lejano, ajeno y exótico, no se pasa. Luego resulta que fue maravilloso encontrarse en el aeropuerto de Turquía con casi todos los amigos de siempre, aquellos que habían decidido pasar del pase de modelos de Nochebuenaencasademisuegra. Juntos tomamos uvas. Juntos conseguimos (fíjate qué curioso, tan lejos) encontrar turrón de Alicante.
De los sonidos internos se encarga otra parte. Que no es superficial, ni grande de muchos metros.
Y a mí mi parte que se ocupa de ese negociado me cuenta: ?Des-can-sa?.
No es un descanso amnésico. No se me olvidan miedos que fabrican asesinatos. Ni miedos que vienen sobre el balance de contabilidad. Ni miedos a no estar seguros de haber elegido aquello que pensamos más leal.
Es una solicitud de descanso de dentro llegado. De mirar a las personas. De querer entenderlas. De buscar el propio entendimiento.
Es cierta toda esa parte comercial de los regalos, la comida, la ropa, tan cierto como que los que ?pasan? (o ?pasamos?)(¿qué! a veces también necesito pensar que paso) ponen grano de arena para que ese gasto sea ya definitivamente esplendoroso (pensaba que los viajes costaban dinero, pensaba que el turismo es un modo tan perfecto como otros de consumir, pensaba que buscar lugares que casi no existen en el mapa es tan competitivo como desear la mejor casa con el mejor coche en el mejor barrio)
Pero descansar es también congraciarse con el alrededor de cada cual.
Brindar es un buen modo de reconciliar distintas visiones:
Está bien que haya turrones en Turquía. Y zambombas-golondrina, y regalos comprados a última hora en la última cola que juramos no hacer.
Está bien que vayamos a lugares del mapa que (casi) no existen. Está bien quedarse en casa y disfrutar cocinando para nuestros amados.
Entre otras cosas, está bien porque eso no va a cambiar de la noche a la mañana. Por todo lo cual, quizá podríamos ser un poco como el ministro japonés de hacienda (Nikito-Nipongo)(es del único que me acuerdo siempre).
Podríamos dejar que cada uno haga lo que sienta deseos de hacer.
No me sirve ya a estas alturas que se diga que en Navidad se nos obliga a ser buenos, a divertirnos y a querer a todo pichichi.
También en agosto muchos hacen muchas cosas y no nos da ninguna depre.
Son unas vacaciones, son un descanso entreinviernos. Claro que habrá discusiones en casa porque la suegra/madre/tío/primo no quieren que nos vayamos a otra cena, a otra casa, a otro país, o a otra vida, que es lo que da más susto. Pero también suelen discutir el resto del año y no suele pasar nada. Y si pasa, pasará de todos modos.
¿Podríamos dejar que cada uno viva su descanso invernal (infernal?) como mejor se quiera?¿Seremos capaces de fastidiarnos (si es que nos fastidia) UN mediodía del año para que el abuelo sonría?¿Seremos valientes si lo que nos apetece es desaparecer y dormir todo el día y no nos amedrentará ni la amenaza de llanto de mamá?
Des-can-se-mos.
Y para eso, nada mejor que nos traigan maravillosas recetas sin tener que rebuscar mucho:
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr