Las Curiosas Costumbres Gastronómicas de un Inca...

¿Quién no ha escuchado hablar de ?Machu Picchu? de la ?Ciudad sagrada de los Incas? ? Pues si alguno de los lectores no, queda en Cuzco-Perú.

No les voy a contar de la belleza del sitio, ni de Cuzco, voy a contarles un poco de las costumbres de nuestros antepasados, del ?Señor? del ?Inca?.

Según nos cuentan nuestros grandes historiadores, ellos comían dos veces al día (al igual que el pueblo). Acostumbraban a tener la primera comida entre las ocho y nueve de la mañana, y la segunda entre las cuatro y las cinco de la tarde. La de la mañana era la más ?contundente?. La comida de los señores ?era algo especial? no era cualquier comida, ni que pensar que fuera la misma del pueblo.

En los ?Comentarios Reales? del Inca Garcilaso de la Vega, nos relata que los Incas se daban el lujo de comer pescado fresco, traído por los famosos ?Chasquis? desde la costa del Perú, éstos eran personas que corrían kilómetros de kilómetros, a los cuales se les entrenaba. Desde muy pequeños, se iban turnando, ellos llegaban a los ?Tambos? lugares que usaban de descanso para ir turnándose en sus corridas...sí!...aunque no lo crean, ellos ya en esa época tenían ¡delivery!

De esta forma se mantenían también informados sobre todo lo acontecido en sus dominios, todo esto era hablado ya que ellos no dominaban la escritura, tenían que repetir a viva voz el mensaje y así iban pasando de uno a otro mensajero.

Sus alimentos como: papa, maíz, ocas, yuca, charqui (carne seca), pescado, entre muchos más, eran consumidos con abundante ají.

Pero, cosa curiosa, ¡nunca bebían agua!, ésta era reemplazada por ?chicha?, que es un fermento elaborado principalmente a base de maíz, aunque también se las ingeniaron para elaborarla de yuca y de quinua entre otros. Otro dato muy curioso es que nunca la consumían con los alimentos, era bebida después de ellos. Y ¡caramba!, ¡sí que bebían! .

Según nos cuentan los historiadores, bebían hasta altas horas de la noche, y debían tenerla en abundancia puesto que no podían quedarse sin!

Algo que se tiene que contar es que siempre se ofrecía ?chicha? a todo aquel que se acercara a la casa del Inca, incluso a los que traían mensajes de guerra.

Las mujeres comían al mismo tiempo que sus maridos ¡pero nunca juntos, sino a sus espaldas! Se imaginan ahora las mujeres en una situación así? ¡horror!

Sus alimentos eran servidos por 20 ?Ñustas? y cuatrocientos hijos. Sí, señores, sí, cuatrocientos, como lo leen.

Se les servía la comida en recipientes de oro y plata (sobre todo para las grandes fiestas) y de cerámica y vasos de madera conocidos como ?keros? para el diario.

Eran jaraneros, cada mes tenían una fiesta en particular, donde participaban los pueblos enteros y duraban hasta semanas.

Aunque no lo crean, ellos se cambiaban unas cuatro veces al día y nunca más volvían a repetir sus atuendos.

Todo lo que tocaba el ?Inca? era sagrado y guardado, hasta los huesos de los alimentos que consumían, todo. Estos eran almacenados con gran recelo pues eran considerados ?Hijos del Dios Sol? y cada año quemaban todas sus pertenencias, ¡qué presupuesto!, ¿no? Bueno, al fin y al cabo, eran considerados como dioses.

Cuando uno visita Cuzco, siente como una magia especial, la ciudad te llama, está rodeada de recuerdos de los cuales sólo nos queda imaginar épocas pasadas.

Y, después de esta narración, a quién no le hubiese gustado ser Inca?

¡Hasta pronto!...