La Sal Mallorquina en Tokio

En el Mori Art Museum de Tokyo se alberga estos días la exposición sobre el arquitecto español Gaudí ‘Inoue interpreta el universo de Gaudí’ debido al año dual España – Japón. Y es debido a esto que en la tienda de souvenirs que alberga uno de los edificios más altos de la ciudad nipona, se vendan, entre otros productos españoles, estos botes de la Flor de Sal de la playa mallorquina d’Es Trenc.

La unión de Gaudí con la isla de Mallorca es la restauración de la Catedral de Palma, y este vínculo ha hecho que la Flor de Sal de la playa d’Es Tren sea vendida en establecimientos de todo el mundo, entre los que encontramos países tan dispares como Ecuador, Argentina, Alemania, Eslovaquia, Finlandia, Japón, Canadá, Estados Unidos, Uruguay.

La Flor de Sal d’Es Trenc se vende como souvenir y viene dentro del mismo bote con el que es vendida por todo el mundo, para quien ya la haya visto alguna vez, la reconozca y la una con la gastronomía española y no pueda evitar llevarse un bote a su casa.

La playa mallorquina d’Es Trenc es la ‘madre’ de esta flor de sal, una de las sales marinas más puras y valiosas, y es que según comenta la empresa que comercializa este producto, ‘hacen falta unas condiciones meteorológicas muy específicas para que esta aromática sal rica en minerales cristalice en la superficie del agua: mucho sol, una suave brisa y una baja humedad del aire’ y es sólo en este playa donde existen las perfectas condiciones.

Desde 2003 se cosecha este tipo de sal en salinas ubicadas en esta playa al sudeste de la isla de Mallorca, pero esta tradición la encontramos desde hace varios siglos atrás. El agua es cristalina, en verano el viento sopla más suave y la sal se seca directamente con los rayos de sol. Como información adicional, esta sal contiene más de 80 minerales y oligoelementos, todos ellos tratados en un proceso totalmente natural y sin productos químicos.

Grandes chefs, entre ellos Carme Ruscadella, con restaurante en Tokyo y que está reconocido con dos estrellas Michelín,  es una de las que apoyan este peculiar y natural producto, que consigue darle un toque especial y único a su cocina y a sus platos.

Por todo esto, no es ya tan sorprendente que botes de Flor de Sal d’Es Trenc hayan llegado hasta uno de los edificios más altos de Tokyo.