Bizkaiko Txakolina. Cosecha 2010

Blancos elaborados principalmente a partir de las variedades Ondarrabi Zuri y Ondarrabi Zuri Zerratia, Rosados, tradicionalmente llamados “Ojo de Gallo” y Tintos procedentes de uvas Ondarrabi Beltza, y un par de vinos dulces de “vendimia tardía”, estupendos ambos, hechos con uvas blancas procedentes de viñedos seleccionados, impensables hace unos años, pero que hoy son una espléndida realidad.

Las bodegas acudieron con dos, tres y hasta cuatro muestras en algunos casos, por lo que la gama de vinos que se pudieron degustar superaba con creces la cincuentena, obligando a los asistentes interesados en degustar todo lo bebible, a dedicar el tiempo  a las labores de cata, aunque también hubo oportunidad y tiempo para charlar con los responsables de las bodegas.

En términos generales, los txakolís gustaron a quienes acudieron a Mendibile, apreciando las diferencias derivadas de su procedencia,  -elaboración característica que cada bodega pretende, uso de las variedades y su proporción, etc.-, todo lo cual contribuye a diferenciar los txakolis, disfrutando de la amenidad que aporta la pluralidad.

El ciclo vegetativo de la campaña 2010 ha sido un tanto complicado por determinadas adversidades climáticos, pero sin dudas en los años difíciles es cuando más se trabaja en las bodegas, por lo que apenas se nota la diferencia con el año anterior.

José Ramón Calvo, de Iturrialde, presentó como novedad la marca Saratxu con uvas de un viñedo ubicado en Euba. Itxasmendi presentó su “Número 7” en botella mágnum, lo que me parece un gran acierto para evitar que en una comida o degustación, se acabe tan pronto tan estupendo txakolí. También me llamó la atención el “Berroja” 2009, como vino hecho y asentado, dando la razón a quienes opinan que se puede elaborar buen txakolí para su consumo en el segundo año. Respetando el deseo de quienes se apresuran a sacar muy pronto los txakolís (para Santo Tomás el 21 de Diciembre), habrá que crear ambiente en el mercado para que acepte vinos de “segundo año”, elaborados expresamente para tal fin.

Y no me extenderé más, pero quede la recomendación de probar desde ahora mismo los vinos de la Bodega Virgen de Lorea; Iturrialde; Itsamendi; Berroja; los Magalarte; Gurrutxaga; Munetaberri; Txabarri; Abio; Gorrondona; etc. etc.

Y dejo para el final la observación respecto a que el txakolí blanco representa el 95% de la producción y que los “ojo de gallo” y los tintos apenas cuentan, por su situación “minoritaria”, y solo se encuentran en tiendas especializadas. Conozco las dificultades de su elaboración, pero lo mismo que los dulces y los espumosos son una realidad creciente, sería bueno que aquellos también crecieran en cantidad y, además de su venta en alimentación y tiendas especializadas, se extienda también a la restauración. En la actualidad son desconocidos y no vayamos a perderlos.

Mi reconocimiento a los responsables de Mendibile por la buena organización del Salón Profesional, y al Restaurante por la elaboración del rico y necesario “picoteo”.