Estoy recién llegada de Granada, país independiente del Caribe. preciosa isla habitada por príncipes y princesas de ébano que viven felices en su humildad, más que humildad, donde la palabra solidaridad no existe porque no es necesaria. Así han sido nuestras vacaciones, lejos de los centros turísticos que no nos llaman la atención, en una casita en una aldea de pescadores con dos comodidades: luz y agua. Y un lujo: cuarto de baño.
En la cocina encuentro dos ollas de aluminio, una sartén y un cuchillo. Perfecto, es suficiente. Después Ángel me hará un colador con un envase enorme, de mantequilla, el clavo de la mosquitera y un alicate herrumbroso que encuentra por ahí en un armario.
Una vez comprobado que en los dos restaurantes de la ciudad, (dos calles, la capital seis), sólo hay pescado y pollo rebozado, optamos por hacer la compra. En las estanterías del despoblado y minúsculo "super" lo que más abunda es el polvo y me choca que vendan el papel higiénico y los pañales desechables de uno en uno. Huele a pescado seco y no hay ni un sólo producto lácteo en toda la tienda. Al preguntar si tienen algo de carne fresca, la hay enlatada, me llevan por un largo y atestado pasillo que desemboca en una habitación llena de cachivaches con dos grandes congeladores: uno está lleno de pollo y el otro de manos de cerdo y ... más pollo. A Angel no le gustan las manitas así que, será pollo. Ningún vegetal fresco a la vista, ni en esta ni en ninguna otra tienda, a excepción de cebolla y ajo que pongo en mi cesto. Me informan de que el mercado es los viernes y sábados y que allí sí encontraré frutas y verduras. Fantástico, pero hoy tenemos que comer algo porque en el avión casi nos matan con sus potingues. Una lata de leche de coco ! que guay! En Madrid me mato preparándolo laboriosamente y aquí sólo tengo que abrir una lata. Al cesto.
Hay montones de especias, la isla las proporciona. Canela, nuez moscada, -de la que por un paseo por el campo luego me llenaré los bolsillos-, currie, comino, y un montón de bolsitas con embriagadores polvos de colores que me cautivan enseguida. Aceite de oliva , !carísimo! y de coco !Uhm! Éste viajará a Madrid.
Camino de la casita una señora vende tomates encima de un cajón !qué suerte! A la cesta con ellos.
En casa enseguida tenemos compañía. Unos niños que se subían a los cocoteros vienen a verme. Les encantan las tostadas con mantequilla y mermelada de guayaba que compartiremos muchas tardes.
Y ahora vamos a cocinar que va haciendo hambre. Empiezo por dorar el pollo en aceite de oliva. Ya doradito lo saco de la olla y pongo dos dientes de ajo picaditos y cebolla también finita picada. A continuación un tomate maduro en trocitos y... Angel ha comprado una botella de ron oscuro que tal vez dé buen sabor, luego descubriremos que este ron le da buen sabor cualquier líquido o sólido !Qué vicio criatura! Un buen chorreón sobre el sofrito que desprende un delicioso aroma. Ahora una pizca de comino, que le irá bien. Cuando se evapora el alcohol añado el pollo, son dos cuartos traseros, y la lata de leche de coco. Lo dejaré cocer hasta que el pollo esté tierno y la salsa haya reducido, ya que cubrirá el arroz cocido y refrescado en el colador que ha hecho mi chico. Angel sale fuera y vuelve gritando: !Chica, que éxito! Tienes la casa rodeada de perros. Han venido por el olorcillo y dos de ellos nos adoptarán como amitos suyos. !Qué bien perritos que rascar!
Ya sólo servir: un zanco de pollo y sus salsa sobre el arroz blanco y acompañando, un trozo de plátano maduro salteado con aceite de coco. Riquísimo. Oye Angel , dame un papel que apunto la receta, que está muy rico. ¿esto qué es? Bueno, para apuntar valdrá. Lo llamaré Sauters, pollo Sauters, como este lugar ¿qué te parece? ¿Angel? !que tío si ya está metido en el agua!
Para y por Ashes, que es capaz de traerme en una mano, un manojo de cocos verdes que yo soy incapaz de mover del suelo. ¿Granada sin ti?
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Buscadora de cosas ricas, ya sean desayunos, comidas o meriendas. Por los Madriles y alrededores. Y productos. Que no todo es salir, a veces cocino en casa.
Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
Cocina Hermanos Torres is accoladed with two stars by Guide Michelin, a maximum three Repsol Suns by the most important Spanish dining guide and a green Michelin star for their sustainable efforts.
Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr