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Un Balón Como Huevo de Pascua



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Matteo Gaffoglio
Comunicador y experto en gastronomía

Balón y zapatillas

La gente y sobre todo los glotones todavía tienen el sabor del chocolate en boca de la reciente fiesta de la reseña del ChocolaTó, que tuvo lugar en la última semana de febrero y la primera de marzo en Turín y Provincia, que ya se acercan las fiestas de la Pascua de Resurrección, y todas las pastelerías, con mucho ahínco, están preparando grandes cantidades de los tradicionales huevos de chocolate. Como es costumbre, los huevos pequeños y grandes, todos, llevan dentro una sorpresa, siempre de mucho agrado, y que alegran mucho las mesas familiares.
Como la gente a menudo busca siempre novedades en el campo alimenticio; desde luego la restauración enseña que a parte de lo que es lo tradicional, ya ha producido consistentes variaciones; no podía ser de menos en la pastelería. Entonces, las ideas de elaborar algo distinto en contraposición a los huevos tradicionales no han faltado las novedades entre los muchos profesionales de la repostería de Turín, siempre validada como la otra tan preciada de Viena.

Merece ser citada la ?Pasticceria del Capitano Rosso? que, ya al ChoccolaTó presentó, por supuesto entre varios tipos de huevos, un balón de fútbol. El mundo del deporte, en este caso del fútbol, atrae mucho la atención de la gente, de manera que la idea de crear un balón tuvo efectivamente mucho éxito. El balón está reproducido en exacta medida y copia del verdadero, el que durante los partidos de fútbol embelesa las muchedumbres. No ha de sorprender el gran número de clientes deportistas, y padres con hijos aficionados al fútbol, en acudir a su tienda para comprar el balón, inclusive las zapatitas en versión dos chocolates, compradas por los equipos para ser regaladas durante la Pascua y a lo largo del año. Está cierto que el nombre de ?Capitano? de este pastelero de Turín, a los lectores no pasará desapercibido, se preguntarán: ¿qué pinta un capitán de marina en una pastelería?

Capitano Rosso

El ?Capitán? Gianfranco Rosso empezó su carrera marinera apenas diplomado en el 1966 en el Instituto Técnico Náutico S. Giorgio de Génova, subiendo velozmente las graduaciones, a oficial de cubierta y hasta al mando de barcos mercantiles nacionales y también extranjeros como capitán de altura, dando varias vueltas por los mares del mundo. El encuentro con la pastelería no ha sido improviso, verdaderamente, el capitán Rosso ya desde chiquito, movía sus primeros pasos en el laboratorio de repostería de los padres, Francesco y Gina; pero el gran deseo de navegar por el mundo influyó mucho sobre la elección de su carrera de andar por mares.

En el año 1980, tuvo que volver a su casa en Turín para estar con su padre y dedicarse al trabajo del ?arte blanco?; siguiendo todavía por un par de años haciendo pequeños períodos de sustituciones con otros capitanes amigos. Era el año 1982 cuando tuvo posesión legal del ejercicio dándole como nombre el titulo que él mismo ya poseía: ?Capitano Rosso? y dedicarse definitivamente a pasteles y chocolates. Es más, siguiendo siempre ser amante del mar, su tienda, laboratorio, almacén, despacho, todos llevan decoraciones marineras, hasta el logo representa un capitán de marina, la gambuza pues, es tal y cual la de un barco: cuando se dice tener añoranza por el mar.

Huevo de autor

Gianfranco Rosso tuvo excelentes maestros de gran calibre de la repostería turinésa como Guido Bellissima y Renato Scalenghe. Mientras en su ejercicio laboratorio trabajaba haciendo práctica y valiéndose de empleados especializados, en el 1983 contemporáneamente participaba a cursos de formación en su mayoría sobre el chocolate y elaborados varios, como con Robert Schicchi, con el cual se perfeccionó en los elaborados de azúcar. Entre sus maestros no pudo faltar el celebre Gabriel Paillasson (MOF, meilleur ouvrier de France) y presidente del gran concurso ?Coupe du Monde de la Pâtisserie? de Lyón, del cual hubo muchas inspiraciones.

Una vez lanzada su actividad y prosperando en los negocios, Gianfranco Rosso pudo dedicarse a varias colaboraciones, con la autorizada revista ?Pasticceria Internazionale?, la número uno en Italia; con el laboratorio de producción en directa de pastelería y chocolate en el ámbito de las exposiciones Pagep87 y ediciones siguientes en Turín; participó a concurso-exposición Fantasías de Fabergé del Forbes Magazine Collections, en Lugano, Suiza. Tuvo participación activa en calidad de consejero del Epat, la asociación artesanales de Turín inclusive la de los pasteleros, en la gran Fiesta del Chocolate con más de cien profesionales y 50.000 personas solo en una tarde, y con este mismo éxito siguieron otras ediciones anuales. En colaboración con otros pasteleros realizó El coche de los Flinstone, todo de chocolate de 2,50 m de largo y de 1,70 de alto en el ámbito de la exposición Sigep de Rimini. Y siempre como promotor y participante siguieron muchas otras manifestaciones como trofeo Sicao de Turín, Siab de Verona, Salón del Gusto; por muchas veces fue miembro de jurados en varios concursos internacionales de pastelería y chocolatería, y comisario experto durante los exámenes de las escuelas hoteleras, inclusive dedicando su tiempo a la enseñanza de la elaboración del chocolate.

Falso de autor

En la entrevista a Gianfranco Rosso, él mismo admitió que tiene mucho éxito en trabajar el chocolate en las maneras y formas de las más impensadas, hasta especializarse en las imitaciones de productos de gastronomía y objetos varios, por no decir que reproduce de todo. Son más de cincuenta los tipos y los gustos de praliné, lo mismo en cantidades y calidades en variedades y gustos por las tablitas de chocolates. Las novedades del 2006 han sido las tablitas al Té e infusiones de frutas y especias, mientras las del 2007 han sido las producciones de licores ligeros al Cacao y Dragée al Té verde Matcha; y centenares son los objetos ya realizados.

En la reproducción de los objetos de chocolate, siempre y todas en dos versiones, Gianfranco Rosso se ha revelado ser una verdadera e inagotable mina de inventos. Es abastecedor de muchas e importantes empresas. Desde el balón de fútbol, realización 2008 siendo él el primero en realizarlo, que aparece en la foto con los zapatos del jugador; al plato de surtido de gastronomía: huevo duro y coque, chorizo, queso parmesano, pero puede ser de cualquier otro tipo como el gruyer, presentado dentro de una fuente de pirex como está en la foto, el otro de würstel y puré; el cubo 10x10 cm de la cadena hotelera española AC Hoteles, cuando presentó sus hoteles en Turín; la estatuita del Oscar que la Región Piamonte ordenó una cierta cantidad para homenajear a sus huéspedes durante una fiesta de un guionista piamontés ganador del premio Oscar (20 cm);



la cámara Nikon cuya casa japonesa se sirve para enviar en todo el mundo varias piezas para regalos; la maqueta de obras elaborada en gran tamaño (2.50 m de ancho) para hacer bella vista durante una recepción de una empresa industrial; la casa de coche BMV que ordenó centenares de salpicaderos mod.735 para regalar a los clientes; lo mismo para la Compañía Costa que hice el pedido por un gran número de su último modelo de buque crucero para ofrecerlo a los pasajeros; los objetos son todavía unos centenares pero nos paramos con todavía uno solo: el de los cuadros falsos de autor? Por lo cierto el ecléctico Capitano Rosso nos reserva otras novedades en lo que va de año, mientras tanto: ¡Felices fiestas de Pascua con el Balón!



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