Los juzgados de Vilafranca han dado la razón a Codorniu en la guerra del cava que desde hace casi cinco años mantienen las dos principales empresas del sector en España y las familias que están detrás de ellas: los Raventós y los Ferrer. La sentencia condena a Freixenet a indemnizar con 400 millones de pesetas a su gran rival comercial, Codorniu, por haber incurrido en competencia desleal al comercializar como cava un vino que, entre otras irregularidades, no había guardado los preceptivos nueve meses de reposo en las bodegas. Un juez de Vilafranca del Penedés, la capital de la comarca vitivinícola catalana por excelencia, falló en favor de Codorniu en una dura sentencia que convierte a esta marca en vencedora provisional de la llamada "guerra del cava" entre los dos grandes del sector. El titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Vilafranca del Penedés (Barcelona) condenó a Freixenet a pagar a Codorniu 400 millones de pesetas en concepto de daños morales por la competencia desleal y, además, a indemnizar a su rival por daños patrimoniales con el 8% de los beneficios que obtuvo en los ejercicios 1994-95 y 1995-96. Asímismo, la sentencia obliga a Freixenet a no volver a repetir estas prácticas ilícitas, a retirar del mercado todas las botellas comercializadas hace tres años de forma fraudulenta y a publicar a su cargo el texto íntegro del fallo judicial en los tres diarios de ámbito nacional de mayor tirada. El juez consideró que Freixenet, primera empresa del sector, cometió "competencia desleal" al vender como cava lo que no era más que "vino espumoso" porque no había respetado las normas de elaboración que establece la Denominación de Origen "Cava", de cuya reputación internacional se aprovechó el fabricante condenado de manera "fraudulenta". De esta forma, según el juez, Freixenet SA, pudo reducir enormemente los costes de producción y, con ello, ampliar sus márgenes de beneficio, lo que le permitió ganar terreno comercialmente a sus competidores, en especial a su rival y denunciante, Codorniu SA. Además, según el fallo, las prácticas ilegales de Freixenet supusieron un fraude al consumidor, al que las "indicaciones incorrectas y falsas" sobre el proceso de elaboración del producto consignadas en los envases o en la publicidad "inducen a error". Por actividades de competencia desleal, Freixenet ya había sido condenada anteriormente en los últimos años en dos ocasiones, en una de ellas, por el Consejo Regulador del Cava, a pagar 400 millones de pesetas y en otra, por la justicia, a abonar otros 100 millones.
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Se formó en la escuela de hostelería de la Casa de Campo en Madrid del 1992 al 1995. Tras graduarse empezó su trayectoria profesional como 2º de cocina en el restaurante Paradis (1995-1997).
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Incluir en su carta recetas de nuestros mayores, revisadas con su instinto creativo, conservar los sabores y comidas de nuestra huerta y de cocinar con productos tradicionales, le ha servido para convertir a Almoradí en un referente comarcal a nivel gastr