La Paella Es la Cosa Más Sencilla Del Mundo, Pero Es Clave un Buen Sofrito para Que Salga Bien

 Por: Conchi de Miguel


En la sección Gente con gusto tenemos la suerte de descubrir hoy los gustos de Tony Isbert, perteneciente a la célebre saga de actores iniciada por su abuelo José Isbert y continuada por su madre, María Isbert, que ha protagonizado títulos como La ciudad de los prodigios o ¿Es usted mi padre?, entre un largo historial de cine y teatro.

Uno de sus últimos trabajos y que próximamente verá la luz es El monstruo, un filme basado en el caso real de un hombre que secuestraba a chicas, las encerraba en una habitación lúgubre y las dejaba morir de inanición, la cual ha sido adaptada al cine por el cineasta mallorquín Martín Garrido, siendo mostrada desde el punto de vista más psicológico y menos violento de la historia.

Nuestro encuentro con el actor tuvo lugar en Mallorca, donde ha estado rodando un thriller (Nos veremos en el infierno), también de Martín Garrido, para el que ha realizado una colaboración especial interpretando a un veterano policía. En la pausa que el equipo hizo una de las jornadas de trabajo para comer aprovechamos para preguntar...

- Entre tantas horas de trabajo y las muchas personas que intervienen en el rodaje de una película, ¿cómo son los momentos de la comida?

- Los momentos de la comida es donde se muestra todo el mundo distendido. En el momento de rodaje cada uno tiene su cometido, su departamento, y aquí es cuando se comparten experiencias, se genera el buen ambiente y compañerismo con gente que procede de sitios diferentes, Madrid, Valencia, Palma... Y hablando de comer intentamos hacerlo con comidas caseras, de la tierra, y aquí estamos comiendo muy bien, la verdad.

- ¿Qué relación personal mantiene con la gastronomía?

- La que tengo de haber alternado a lo largo de toda mi vida en restaurantes, sitios y momentos diferentes, a raíz de llevar obras de teatro y rodajes, gracias a ello puedo presumir de haber conocido la cocina de cada una de las regiones de España. Es una ventaja. Y luego la comida la hago yo en casa, porque a mi mujer le gusta comer ensaladas y cosas de esas, y yo cocino para mi hijo, que ahora está en la universidad, intento variar, mezclar cosas y cocinar es algo que me gusta, la verdad. Por cierto, que el mes pasado estuve en la entrega de premios que hace anualmente La Cazuela, con algunos de los mejores restauradores de España, y conocerles a ellos también es otro de los privilegios.

- ¿Cuál sería tu especialidad en lo que se refiere a los fogones?

- Hago muchas cosas, más que nada para que la comida no sea algo aburrido en casa. Me enseñaron en Valencia a hacer la paella de verdad, y quizá mi especialidad sería ésta.



- Bueno, ¿y cómo hace Tony Isbert la paella? Cuéntenos

- La paella es la cosa más sencilla del mundo, no tiene mucha complicación. Coges el conejo, lo pones haciendo un sofrito con un poco de pimentón, tomate, aceite, sal..., hasta que la carne coja sabor, y el sofrito es clave en una buena paella para darle el sabor, si el sofrito está mal... Luego le pones las verduras y el agua, llenando hasta la altura donde suelen estar las asas de la paellera, y luego el arroz haciendo una especie de cruz. Después dejas que hierva y que se haga sola. Realmente no tiene más misterio. Es algo que la gente hacía en el campo con los alimentos que tenía antes, un poco de conejo, un poco de verduras y nada más, luego en la costa ya se ponía pescado y marisco, pero la paella original es la de la huerta que no tiene otro misterio más que saber dar el punto al sofrito para que el arroz tenga gusto. Y eso sí, al final añadir una ramita de romero y tapar cinco minutos antes de comer, es fundamental.



- ¿Qué lugares recomienda para comer en su ciudad (Madrid)?

- Hoy en día en Madrid tienes una variedad tan grande de restaurantes de todo tipo, no sólo de las diferentes zonas de España sino de todo el mundo... Ir a uno u otro es cuestión de gusto y lo que interese a cada uno. Hay restaurantes que tienen un toque especial de distinción, donde está el verdadero cocinero, instigador o restaurador, luego otros a veces se dejan llevar por manos de terceras personas y se nota mucho, pero no puedo recomendar uno porque hay muchos y si nombrara uno los demás se enfadarían. Lo bueno es que tienes un día un invitado y puedes decirle "¿qué te apetece comer?, ¿qué tipo de cocina te gustaría?, tienes mexicana, japonesa, tailandesa..." O si quiere española, ¿de qué zona? La suerte es que están representadas todas las casas regionales.

- ¿Y por qué tipo de cocina se decantaría usted? ¿Tradicional o sofisticada?

- A mí me gusta la cocina mediterránea, las otras de vez en cuando para cambiar, pero la mediterránea no sólo es saludable sino muy variada, y si mezclas los productos mediterráneos con un poco de imaginación le puedes dar un toque de distinción y por eso está reconocida en el mundo entero. No sé, yo pienso que es porque ¡es la mejor cocina del mundo! ¿no?

- Debe de tener muchas anécdotas gastronómicas, pero cuéntenos una de su infancia

- Yo soy el mayor de once hermanos, todos chicos, imagínate lo que era antes una familia numerosa... A nosotros de pequeños no nos gustaba la sopa de ajo, había que aprovechar el pan y había que aprovechar el ajo para todo. Y un día mi padre dijo: ¿No os gusta la sopa de ajo? Pues no comáis. Te aseguro que al tercer día estábamos todos comiendo sopa de ajo. A uno no le gustaba la cebolla, a otro no le gustaba otra cosa..., pero cuando eres de familia numerosa aprendes a comer de todo. Aquellas comidas en torno a un puchero de sopa son lo que más recuerdo.







Más información:

Tony Isbert, en imágenes





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