Casas Regionales

La añoranza del terruño, de sus costumbres y sobre todo de su gastronomía, impulsó la creación de estos centros en la capital. Allí por una módica cuota los compatriotas de las distintas regiones, se reunían, hablaban de sus pueblos y sobre todo compartían las comidas típicas de su zona.

Hoy en día esta justificación ha dejado de tener sentido, Madrid es la patria de todos, nadie se siente emigrante y además cualquier pueblo de la geografía española, está a un tiro de piedra con los modernos coches y las autopistas.

A esto hay que añadir la crisis económica, que ha hecho que muchos abonados se den de baja, dejando estos centros sin modo de subsistir, pues las asignaciones de sus comunidades son insignificantes.

En Madrid existen 34 casas regionales llamados, como no, hogares, porque esto es lo que eran cuando se fundaron.

En el Hogar vasco se alquila la “sukalde” o cocina a los socios que quieran celebrar con los amigos alguna comida o celebración.

Julio Elejalde, el actual presidente del Euskal Etxea (Hogar Vasco), comenta que el único requisito es dejar vacía la sala a las 12 de la noche. Cualquier grupo de amigos solo tiene que llevarse las materias primas para cocinar en un auténtico hogar vasco y encima sin tener que limpiar nada. Todo ello por un precio asequible.

Juan José Cantalapiedra, es el presidente de la Federación de Casas Regionales de la comunidad y apuesta por ampliar la oferta de las mismas, debido a la crisis que sufren actualmente.

El Centro Gallego es uno de los que más apuestan por esta renovación, que va encaminada a abrirse a todos los madrileños.

Sus cases de lindy hop, popular baile americano ahora de moda en nuestro país, pretenden atraer a un público joven, a esto contribuye su estupenda ubicación junto a la Puerta del Sol, en la calle Carretas, con balcones a la Plaza de Jacinto Benavente. Allí se puede degustar un menú por solo 10 euros, que incluye la degustación de productos de la tierra.

Esta es una de las condiciones para obtener la concesión de estos restaurantes regionales, ofrecer productos y platos típicos de cada región.

Así en la Casa de Granada, siempre se pueden degustar las habitas con jamón con una cerveza Alhambra, en una terraza con vistas sobre Tirso de Molina, que se pone a rebosar los fines de semana, sobre todo al caer la tarde.

La presidenta del Hogar de Extremadura, Maruja Sánchez pretende que su gobierno autonómico alquile despachos en el edificio que ocupan en la Gran Vía, para poder mantenerse pues su situación es crítica.

En la Casa de Canarias, las cosas no van mejor, por lo que van a celebrar una subasta de cuadros de pintores canarios, que hasta ahora adornaban sus paredes.

Cualquier cosa por sobrevivir.

Actualmente subsisten con la aportación de los socios, que en estos centros oscila entre 5 y 10 euros mensuales.

Desde el Centro Asturiano, su presidente Antonio Pérez reconoce que muchos paisanos se han dado de baja. Aún así son 80.000 los socios de estas casas regionales en Madrid.

Este centro ha adquirido una finca en las afueras de Madrid donde los socios disfrutan de piscina, tenis, fútbol e incluso una bolera típica asturiana; no en vano es uno de los más populares de la capital.

El Consistorio ha aprobado este año una ayuda de 36.000 euros para todos estos hogares, porque consideran como muy importante, la labor que hacen de transmisión cultural de la identidad de cada pueblo.

Sinceramente esperamos que no desaparezcan, además en algunos, su oferta gastronómica es realmente memorable.