€�taba, el Juego en la Mesa”, un Cortometraje Impulsado por el Chef Andoni Luis Aduriz

El cocinero Andoni Luis Aduriz, responsable del restaurante “Mugaritz”, ubicado en el municipio de Errenteria, (Guipúzcoa),  ha encargado la elaboración de un cortometraje que muestra la elaboración de una de sus creaciones. Se llama “El juego en la mesa” y forma parte del menú de esta temporada, constituido por un total de 50 platos.

Con esta propuesta, se invita al comensal a participar en un juego basado en el antiguo “juego de la taba”. Una taba es un hueso de las patas traseras de algunos animales, como el carnero o el cordero (y también el humano), que da nombre a este juego de azar. Muy similar al juego de dados, consiste en lanzar el hueso al aire, de forma que el resultado está determinado por el lado sobre el que cae la pieza.

Pero en el Mugaritz se ha versionado y adaptado el juego para la ocasión: los comensales recibirán una bolsita con un número determinado de tabas y, con ellas, deberán jugar al clásico juego de “los chinos”, en el que comúnmente se apuestan pequeñas piedras. El ganador será el privilegiado que recibirá y probará el plato estrella de la reunión, único para los vencedores de cada mesa.

Para dar a conocer esta original cocina, se ha llevado a cabo la realización del cortometraje hispano-japonés “TABA, el juego en la mesa”, dirigido por Pep Gatell y Eloi Colom y con la colaboración de “La fura dels Baus”, ”Mugaritz BSO” y la ciudad de Arita (Japón).

 En él se muestra la delicada elaboración de los recipientes que Aduriz utiliza para servir sus platos, tallados en forma de taba sobre arcillas de kaolinita por uno de los mejores alfareros de la ciudad de Arita. Posteriormente, se muestra el proceso de los curiosos emplatados, seguido de los cocineros del restaurante y los comensales jugando a la versión del juego de la taba propuesta por el chef.

El  Mugaritz se caracteriza por la creatividad en el servicio, alejado de lo tradicional. Ellos mismos comparan la visita a este restaurante como “un camino lleno de historias, olores, texturas, sabores, juegos, recuerdos, deseos y muchos otros mecanismos en busca del placer”, buscando diferenciarse y “superar la imposición de las costumbres”, añaden. Comer en el Mugaritz puede convertirse, como hemos podido comprobar, en una manera de vivir una experiencia gastronómica única y con humor.