Sandías

Procede de África y su cultivo se asocia a las riberas del Nilo, desde donde se extendió por todo el Mediterráneo. Los europeos la llevaron a América siendo una de las frutas más extendidas por todo el mundo.

Existen muchas variedades que se clasifican por el tamaño, el color de la pulpa, el color de la piel, la forma del fruto, período de maduración, etc.

Entre las sandías diploides o con semillas negras o marrones, tenemos dos tipos:

Las de fruto alargado, con corteza verde y bandas más claras, se llaman “melonas” y casi no se cultivan en nuestro país. Destacan  las Klondike y Charleston Gray.

Las de fruto redondo, con corteza verde oscuro o negra, son las más cultivadas en España y tenemos las Crimsom Sweet, Resistent, Sugar Baby, Sweet Marvel y Early Star.

Y entre las triploides o sin semillas, con corteza verde claro, con rayas verde oscuro y la carne de color rojo o amarillo; destacan la Reina de Corazones, Apirena, Jack y Pepsín.

Aunque es fruta de verano hoy en día gracias a los invernaderos, podemos encontrarla durante todo el año, si bien no estará igual que en su época.

Para elegirla hay que fijarse en la mancha amarillenta que presenta en la base y que indica que está madura, si la mancha es blanca o verdosa, se recogió antes de tiempo y resultaría insípida. Al golpearla debe sonar a hueco y la corteza no debe presentar magulladuras o abrasiones. La carne debe ser firme y jugosa.

Una sandía puede durar dos semanas perfectamente si está a 15º C y tres si está entre 7 y 10 º C, por debajo de estas temperaturas, no conserva bien sus propiedades.

Es la fruta que tiene más agua, por ello se llama melón de agua. No tiene apenas calorías, tampoco valores apreciables de vitaminas o minerales. De estas posee en cantidades un poco apreciables potasio y magnesio. El potasio interviene en el equilibrio electrolítico de las células y en la transmisión de los impulsos nerviosos. El color rojo se debe al licopeno, pigmento con propiedades antioxidantes.

Es una fruta normalmente económica, pero existen algunas variedades muy solicitadas cuyos precios se disparan a niveles insospechados.

Es el caso de la sandía Densuke, solo se cultiva en la isla de Hokkaido (Japón). Su corteza es negra, lisa, sin rayas ni manchas y su peso ronda los 7 Kg, aunque algún ejemplar ha alcanzado los 11 Kg. Su pulpa es roja y muy dulce.

Las primeras recolectadas salen a subasta y este año se han llegado a pagar 2.400 euros por una sandía. Aunque en el año 2008, se pagaron por una sandía 4.720 euros, cifra record en la historia de esta subasta de Hokkaido.

Tras esta primera subasta, el resto de la producción se comercializa a 190 euros, precio nada desdeñable para lo que estamos acostumbrados en nuestro país, donde sigue siendo una fruta más bien humilde.

En la subasta que se realiza en el mercado de mayoristas de la calle Sapporo, suelen pujar centros o cadenas comerciales, pues en el caso de obtenerla, la exhiben en sus tiendas como un símbolo del comienzo del verano. También optan en la subasta, personas de elevado poder económico, que quieren darse ese capricho.

La historia de esta variedad es bastante reciente, fue en 1984 cuando empezó a cultivarse en la isla, cinco años después se patentó y empezó la guerra comercial para conseguir los mejores ejemplares, entrando a formar parte del concurso “Premio de la Agricultura Japonesa”, como impulso entre otros, para conseguir una calidad excelente.

Esta sandía también se produce para sustituir el cultivo de arroz, realizando así una labor de barbecho, junto a cultivos de melón o tomates.

Este año el orgullo de exhibir la sandía, lo tiene una cadena de supermercados denominada Shunichi Anzai. Pues que sea enhorabuena.